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Las baterías fotovoltaicas o acumuladores solares son un elemento clave en la instalación fotovoltaica y sirven para acumular la energía excedente para su uso posterior. 

Algunas instalaciones fotovoltaicas no las incluyen y otras sí, sin duda es un elemento clave que permite aumentar la eficiencia de la instalación y además conseguir más autosuficiencia, menor dependencia de la red eléctrica y un mayor ahorro en la factura de la luz.

Pero, ¿cómo funcionan las baterías solares y qué tipos de baterías hay? ¿Es rentable incluir una batería en mi instalación fotovoltaica? ¿Cuánto dura un acumulador solar? Estas son algunas de las preguntas más frecuentes que tenemos antes de elegir un equipo fotovoltaico. 

Cómo funcionan las baterías solares

Como cualquier otro tipo de batería, las baterías solares funcionan como un acumulador de energía en forma de energía química, transformándola después en energía eléctrica lista para usar en el hogar.  

Las baterías fotovoltaicas actúan en nuestro hogar como un generador eléctrico secundario.  Tras un determinado proceso de carga o almacenaje de energía, pueden suministrar la energía necesaria para asegurar el funcionamiento eléctrico de nuestra casa cuando no se está produciendo energía de manera simultánea. 

Pero, ¿cuándo las utilizamos la energía almacenada en la batería? Principalmente cuando no tenemos luz solar (de noche o  en días nublados) o cuando necesitamos una potencia superior a la que nos proporcionan nuestros paneles fotovoltaicos.

Tipología de baterías solares y vida útil

Existen diferentes tipos de baterías solares, la elección de la batería dependerá del uso que se le quiera dar, el número de ciclos de descarga y también su tamaño.

Baterías monoblock

Diseñadas para pequeñas instalaciones fotovoltaicas aisladas (como podría ser un ordenador, una lavadora o una zona de iluminación de la casa). Aunque su precio es más bajo que otros tipos de baterías, tienen un ciclo de vida muy corto, aproximadamente de 300 ciclos de descarga.

Se las conoce también como “baterías monoblock de plomo-ácido inundada tradicional” o «baterías monoblock de plomo-ácido abiertas», dependiendo de la tecnología que se haya utilizado para fabricarla.

Este tipo de baterías desprenden evaporación de gases, por lo que no se pueden instalar en espacios cerrados

Baterías de Ciclo Profundo

Las  baterías de ciclo profundo son parecidas a las monoblock, aunque tienen mayor tamaño y se pueden utilizar en instalaciones fotovoltaicas todo el año de forma diaria y con consumos eléctricos medios-bajos.

Aunque tienen mayor duración que las monoblock, su ciclo vida solo llega a los 6-7 años de vida.

Baterías AGM

Las baterías de AGM tienen el electrolito inmovilizado y unas válvulas de regulación de gases para evitar pérdidas, por eso se también se las conoce como“baterías sin mantenimiento”. Tienen una duración media de 500 ciclos de descarga y están pensadas para instalaciones donde el acceso para el mantenimiento es difícil o costoso.

Baterías de gel

Estas baterías contienen el electrolito gelificado y al estar selladas no desprenden gases nocivos por lo que podría instalarse en un lugar con poca ventilación. Puede tener entre 800 y 1200 ciclos de descarga de hasta el 60%, teniendo más durabilidad que las anteriores.

Al estar completamente sellada no desprenden evaporaciones y por lo tanto tienen un mantenimiento sencillo. 

Se utilizan en instalaciones pequeñas y en viviendas con un bajo consumo energético.

Baterías estacionarias

Este tipo de batería se mantiene cargado constantemente, tiene un regulador que alimenta el consumo eléctrico del hogar y que recarga la batería cuando se ha producido una descarga. Las baterías estacionarias se descargan hasta el 80% y tienen alrededor de 3.000 ciclos de descargas.

Baterías de litio

Por último las baterías de litio, que son las que utilizamos en ESR ya que consideramos que son la mejor opción calidad-precio del todo el mercado y son ideales para viviendas con un consumo energético medio-alto.

Este tipo de baterías tienen mayor autonomía además son menos pesadas por lo que su transporte es más sencillo. No requiere mantenimiento ni emite gases por lo que pueden instalarse en espacios sin ventilación. 

Ventajas de instalar una batería fotovoltaica

Aunque añadir una batería solar a tu instalación fotovoltaica requiere de una inversión extra, podría permitir un ahorro total de hasta el 80% en la factura de la luz.

Las baterías además permiten no sólo contar con corriente eléctrica cuando no hay radiación solar en nuestro paneles fotovoltaicos sino también tener más potencia durante el día cuando la necesitamos.

Gracias a las baterías podemos optimizar al máximo el autoconsumo y ser más autosuficientes a la vez que tenemos la confianza de que lo estamos haciendo usando una energía renovable y limpia.