¡El sol, esa fuente inagotable de energía! En este blog vamos a adentrarnos al mundo de la energía solar, a descubrir los tres tipos de energía solar y cómo se puede aprovechar al máximo. ¡Sigue leyendo para saber más!
¿Qué es la energía solar?
La energía solar es una forma de energía renovable que se obtiene al aprovechar la radiación proveniente del sol. Esa energía puede ser convertida en electricidad, para calentar agua y otros fluidos.
Sus inicios se remontan muchos años atrás, y con el paso del tiempo ha ido evolucionando hasta convertirse en lo que conocemos hoy en día. Los paneles fotovoltaicos convierten la luz solar directamente en electricidad mediante células fotovoltaicas. Es una fuente de energía limpia y abundante que puede ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y disminuir la dependencia de los combustibles fósiles.
Una de las ventajas de la energía solar es que es posible aprovechar de diversas formas el excedente que no utilices un día.
Es decir, puede que tu instalación de paneles solares en un día soleado genere una cantidad que no gastes. Por ello existe la posibilidad de almacenar el exceso en baterías de almacenamiento, como baterías recargables o sistemas de almacenamiento a gran escala.
Por otro lado, tienes la opción de vender el excedente a la red eléctrica a través de sistemas de conexión red, permitiendo que otros usuarios o instalaciones puedan beneficiarse de esta energía limpia y renovable a cambio de un precio.
Tipo 1: Energía solar fotovoltaica
La energía fotovoltaica es una forma de energía solar renovable que se obtiene a partir de la conversión de la luz solar en electricidad. Para realizar este proceso se emplea una tecnología basada en el efecto fotovoltaico, son células fotovoltaicas compuestas principalmente de silicio u otros materiales semiconductores. Cuando los fotones de luz solar impactan estas células, liberan electrones y generan corriente eléctrica continua. Esta electricidad puede utilizarse directamente para alimentar dispositivos eléctricos o puede convertirse en corriente alterna mediante un inversor, para que sea compatible con la red eléctrica convencional y pueda utilizarse en hogares, edificios, o sistemas eléctricos comerciales e industriales.
Estás células se encuentran en paneles solares, que a su vez se instalan en tejados, terrenos o estructuras diseñadas para captar la mayor cantidad de luz solar posible, para ello se debe tener en cuenta la posición y orientación de los paneles solares a la hora de realizar la instalación.
La energía fotovoltaica es una fuente de energía limpia y sostenible, ya que no produce emisiones de gases de efecto invernadero ni contamina el aire o el agua durante su funcionamiento
Tipo 2: Energía renovable termoeléctrica
También se conoce como de concentración solar o CSP (Concentrated Solar Power, por sus siglas en inglés).
La energía solar termoeléctrica utiliza espejos o heliostatos para concentrar la radiación solar en un receptor central que es una superficie reducida. Esta concentración de la radiación solar permite obtener altas temperaturas y consecuentemente, altas eficiencias termodinámicas de conversión en trabajo. El calor que se obtiene en este proceso, se transfiere a un fluido que pasando a través de una turbina, acoplada a un generador, acaba produciendo electricidad.
Tipo 3: Energía solar térmica
La energía térmica es una tecnología que aprovecha la radiación solar para generar calor, que luego se utiliza para producir agua caliente o para generar electricidad. A diferencia de la energía fotovoltaica, explicada anteriormente, la energía solar térmica se centra en capturar el calor del sol y utilizarlo para la calefacción o para producir electricidad.
El principio básico de la energía térmica es utilizar colectores para capturar la radiación solar y transferir su energía al fluido a través de ellos. Estos colectores son cualquier dispositivo capaz de recoger la energía recibida por el sol, pueden ser de diferentes tipos pero los más comunes son los planos y los tubos de vacío.
Los colectores planos son los más comunes y se usan para sistemas de agua caliente y calefacción. En este caso el calor se capta y transmite a través de tuberías.
Por otro lado, los colectores de tubos de vacío son muy populares en zonas con climas fríos y poca radiación solar. Se tratan de tubos de vidrio vacío que actúan como aislante térmico. Estos elementos absorben el calor y lo transfieren por los tubos.
Este tipo de energía se suele utilizar para la obtención de agua caliente, el aumento de la temperatura en piscinas, la calefacción en invernaderos agrícolas, etc…
Existen tres tipos de energía térmica:
- Térmica de baja temperatura: Los colectores generan temperaturas de unos 65º.
- Térmica de media temperatura: Los colectores generan temperaturas de hasta 300º.
- Térmica de alta temperatura: Los colectores generan temperaturas de hasta más de 500º.
Ejemplos prácticos para los tres tipos de energías solares
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Energía solar fotovoltaica
Imagina que tienes paneles solares instalados en el techo de tu casa. Durante el día, estos paneles captan la luz solar y la convierten en electricidad. Esta electricidad puede alimentar los electrodomésticos de tu hogar, como luces, televisores, refrigeradores, etc. Por ejemplo, cuando enciendes una lámpara en tu sala de estar, la vitrocerámica, el horno de tu casa, el microondas, entre otros electrodomésticos.
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Energía renovable termoeléctrica
Se considera una planta de energía solar concentrada (CSP). En este caso, grandes campos de espejos parabólicos concentran la luz solar en un receptor central que contiene un fluido, como aceite térmico. El calor concentrado calienta este fluido a altas temperaturas, produciendo vapor. Este vapor acciona una turbina conectada a un generador para producir electricidad. Así, un ejemplo práctico sería una gran planta de energía solar en un área desértica donde los espejos concentran la luz solar para producir vapor y generar electricidad para abastecer a una ciudad cercana.
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Energía solar térmica
Supongamos que tienes un sistema de agua caliente solar en tu hogar. Este sistema consta de colectores solares instalados en el techo de tu casa. Durante el día, estos colectores absorben la energía térmica del sol y la transfieren al agua que circula a través de ellos. Esta agua caliente se almacena en un tanque térmico y se utiliza según sea necesario para tareas domésticas, como ducharse, lavar platos o ropa. Por ejemplo, al abrir el grifo para tomar una ducha caliente por la mañana, el agua que fluye proviene del tanque térmico, que ha sido calentado por la energía solar.
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